Campana del Zar en el Kremlin, Moscú.
Chromorange/Global Look PressSolía haber una broma popular en Rusia el comentar que el Cañón de Zar nunca había disparado un tiro y el la Campana de Zar nunca había tañido. Si bien parece que el cañón fue realmente disparado, es cierto que el sonido de la campana nunca se escuchó. No obstante, la historia de la gigantesca campana sigue siendo única e impresionante.
La Campana del Zar fue creada en el siglo XVIII, y sigue siendo hoy la campana más grande del mundo. Con un peso de casi 202 toneladas y una altura de más de seis metros, se puede dividir en piezas "pequeñas" que aún pesan más de 11 toneladas cada una.
La decisión de crear esta gigantesca campana para el Kremlin fue hecha por la emperatriz Anna Ioánnovna en 1730. En aquel momento, la tradición de crear enormes campanas para exhibir en el corazón de Moscú era una tradición bien establecida. La campana solicitada por Anna Ioánnovna ya era la tercera de su tipo. La primera fue presentada a principios del siglo XVII pero fue dañada por un incendio. La segunda Campana del Zar se hizo a mediados del mismo siglo, bajo el reinado del zar Alexéi I, pero sufrió un destino similar cuando se desplomó y se rompió durante otro incendio en 1701. Sus restos se usaron en la creación de la Campana del Zar que hoy podemos visitar en la capital rusa.
Campana del Zar en los principios del siglo XX.
Global Look PressEsta última, sin embargo, es mucho más grande que sus predecesoras. La primera pesaba entre 17 y 35 toneladas. Si bien esto puede no parecer tan grande en comparación con la campana actual, vale la pena señalar que se necesitaban 24 personas solo para mover su martillo. ¡Y la campana que reemplazó a la primera pesaba 130 toneladas! Para Anna Ioánnovna, parecía que incluso esto no era lo suficientemente grande, y ordenó que la siguiente fuera más de una vez y media más grande. Los monarcas rusos obviamente tenían gusto por las cosas gigantescas.
Se decidió invitar a un especialista extranjero para trabajar en el proyecto de la “supercampana”. En encargo fue ofrecido a un famoso artesano francés, que pensó que el encargo era en realidad una broma cuando se le informó sobre el peso y el tamaño del instrumento musical. Al final la tarea recayó sobre dos rusos: Iván Motorin y su hijo Mijaíl.
Para fabricar la campana, se cavó un enorme pozo de 10 metros de profundidad cerca del Kremlin. Después de un año y medio de trabajos preparatorios, la confección del aquel monstruo metálico se inició en 1735. Durante el proceso, Iván Motorin murió, y el proyecto continuó bajo la supervisión de su hijo.
La Campana del Zar fue creada en el siglo XVIII, y sigue siendo hoy la campana más grande del mundo.
Global Look PressAl igual que las dos campanas anteriores, la Campana del Zar fue víctima del fuego. Esto sucedió antes de que esta incluso se hubiera terminado o instalado. En 1737, como resultado de un incendio, la campana cayó de los soportes sobre los que estaba asentada, y una parte de la misma se rompió.
Después de esto, el hipertrofiado instrumento permaneció en el pozo durante 100 años, básicamente porque los ingenieros no pudieron encontrar la manera de sacarla. A principios del siglo XIX, el zar Alejandro I ordenó que se construyera una escalera hasta la campana para que los curiosos pudieran tener acceso a ella. La campana fue hábilmente decorada, con figuras de la emperatriz Ana y el zar Alexéi grabadas en ella. Fue en la década de 1830 cuando el famoso arquitecto francés Auguste de Montferrand, que construyó la catedral de San Isaac en San Petersburgo, diseñó un plan para sacar la campana del zar des u pozo. Finalmente, esto fue hecho, y la campana fue colocada en un pedestal en el Kremlin.
Se sugirió que la pieza de la campana que se había roto podría volverse a unir, y sería posible intentar usar la campana para su propósito original. Estas ideas, sin embargo, fueron rechazadas cuando se concluyó que esta no podría sonar normalmente, debido al daño sufrido.
En 2016, un grupo de investigadores de Estados Unidos usaron una simulación por computadora para crear el sonido que nuestra protagonista habría creado. Para llevar a cabo su simulación, los científicos calcularon el grosor, la forma, el movimiento y los materiales de la campana. El sonido de la Campana del Zar de todas las Rusias acabó por escucharse en el campus de la Universidad de California en Berkeley.
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